Natalia Málaga en comercial de «Gatorade»-1992

Comercial de la bebida hidratante Gatorade aparecido a fines de 1992.Muestra en imagen a la voleybolista Natalia Málaga vestida con el uniforme de la selección peruana de voleybol mientras toma placidamente la bebida en cuestión.

Detalles del Comercial

-Las botellas de Gatorade venían con etiquetas escritas en inglés . Eso resulta muy extraño. Gatorade es un producto de la compañia norteamericana Pepsico  ( la misma de la «Pepsi») ¿Pero por qué venían las botellas en inglés?¿Acaso  las traían  importadas directamente desde USA? Tal vez la legislación de la época permitía la venta de productos con etiquetas en otro idioma, algo que hoy en día está prohibido. La razón, tal vez sea, que el producto tenía escasa demanda en el mercado peruano ( recuerden la situación económica y la violencia) y por ello las traían de su país de origen sin siquiera darse el trabajo de ponerle una etiqueta en español.

En aquella época Gatorade era un producto casi desconocido en el medio peruano. Nadie lo tomaba salvo deportistas especializados. En esos días era rarísimo ver a alguien que tras jugar un partido de fulbito o hacer una carrera o manejar bicicleta se pusiera a tomar una bebida hidratante de marca.Es más , en aquella época la mayoría de la gente no tomaba bebidas hidratantes, ni yogur, ni tampoco agua envasada, y me atrevería a decir que era rarísimo ver gente practicando haciendo footing o jogging (correr) , salvo en los barrios pudientes. Toda esa situación fue cambiando en los 90, cuando se popularizó el consumo de  yogur, agua envasada y las bebidas hidratantes como el Gatorade.

Respecto a Natalia Málaga , en aquel año 92 sufrió la frustración de no poder participar en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 porque  la selección no pudo clasificar. Fue un duro golpe para las subcampeonas olímpicas de Seul 88.

NOTA: Esté es la primera entrada del blog Peru30 en la que aparece la categoría RAREZAS, en esta categoría vamos a agrupar hechos y personajes poco conocidos o que pasaron desapercibidos en su momento, incluso para mí. Tal es el caso de este comercial de Gatorade en 1992.